Barcelona extrae de mi memoria cientos de trocitos de vivos y brillantes colores que se mueven y cambian a mi alrededor como si estuviera en el centro de un inmenso caleidoscopio. Formas curvas, espacios imposibles, luz, color...y es que el alma de Gaudí me vuelve a atrapar y me hechiza con su magia.
Y yo, sencillamente me abandono.
Pero en Barcelona me acerqué mas a sus gentes, generosas y hospitalarias, representadas en mi amiga Neus y su familia, Ramón, Eli y Adri,, que con tanta ilusión y cariño prepararon nuestro encuentro abriéndonos las puertas de su casa donde compartimos una deliciosa cena y disfrutamos de su maravillosa compañía en animada charla y una breve visita nocturna a la ciudad, aunque la crisis también llega a la iluminación de sus edificios más emblemáticos
Barcelona son sus rostros y el abrazo emocionado que intercambié con Neus.
Barcelona es también una ciudad de contrastes donde en escasos minutos se pasa de anchas y elegantes avenidas a estrechas callejuelas cargadas de historia, historias y sabor. Barcelona son sus diferentes barrios donde pasar de uno a otro se hace sin darse cuenta, atravesando invisibles barreras, pero su geografía humana marca la diferencia. Pasear por el Paseo de Gracia es una delicia de clase y elegancia. Continuar por su populosa y popular Rambla es sumergirse en un crisol de gentes y disfrutar de sus numerosos puestos e ingeniosos espectáculos callejeros ...para súbitamente encontrarse atrapado entre los colores, olores y sabores del mercado de la boquería donde los ojos del viajero vagan sorprendidos de puesto en puesto y entre el gentío y uno se tiene que dejar absorber para poder sentir la magia de este lugar casi irreal. Y tan solo unas calles mas abajo es fácil perderse por el, quizás algo sórdido, barrio de El Raval, pero frente a este, y al otro lado de la Rambla el visitante se sumerge de pronto en el bullicio y en la historia del barrio gótico; y un poco más allá se comparte la sencillez de las gentes de La Ribera.
Barcelona extrae trazos de mi infancia, breves flashes de casi 45 años atrás, y me pone en contacto brevemente con parte de mi historia familiar, quizás gris, pero al igual que lo demás, forma parte de mi y me han convertido en lo que soy.
Barcelona es única e incomparable. Barcelona está hecha por sus buenas gentes. Barcelona es Color, es Alma, es Pasión.
Y yo, sencillamente me abandono.
Pero en Barcelona me acerqué mas a sus gentes, generosas y hospitalarias, representadas en mi amiga Neus y su familia, Ramón, Eli y Adri,, que con tanta ilusión y cariño prepararon nuestro encuentro abriéndonos las puertas de su casa donde compartimos una deliciosa cena y disfrutamos de su maravillosa compañía en animada charla y una breve visita nocturna a la ciudad, aunque la crisis también llega a la iluminación de sus edificios más emblemáticos
Barcelona son sus rostros y el abrazo emocionado que intercambié con Neus.
Barcelona es también una ciudad de contrastes donde en escasos minutos se pasa de anchas y elegantes avenidas a estrechas callejuelas cargadas de historia, historias y sabor. Barcelona son sus diferentes barrios donde pasar de uno a otro se hace sin darse cuenta, atravesando invisibles barreras, pero su geografía humana marca la diferencia. Pasear por el Paseo de Gracia es una delicia de clase y elegancia. Continuar por su populosa y popular Rambla es sumergirse en un crisol de gentes y disfrutar de sus numerosos puestos e ingeniosos espectáculos callejeros ...para súbitamente encontrarse atrapado entre los colores, olores y sabores del mercado de la boquería donde los ojos del viajero vagan sorprendidos de puesto en puesto y entre el gentío y uno se tiene que dejar absorber para poder sentir la magia de este lugar casi irreal. Y tan solo unas calles mas abajo es fácil perderse por el, quizás algo sórdido, barrio de El Raval, pero frente a este, y al otro lado de la Rambla el visitante se sumerge de pronto en el bullicio y en la historia del barrio gótico; y un poco más allá se comparte la sencillez de las gentes de La Ribera.
Barcelona extrae trazos de mi infancia, breves flashes de casi 45 años atrás, y me pone en contacto brevemente con parte de mi historia familiar, quizás gris, pero al igual que lo demás, forma parte de mi y me han convertido en lo que soy.
Barcelona es única e incomparable. Barcelona está hecha por sus buenas gentes. Barcelona es Color, es Alma, es Pasión.